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Responsables:
Francisco Gallego Campos
Pablo Quintín Muñoz
M.ª Trinidad Ramírez Moreno
Carmen Choclán Montalvo
Fuente: VI Feria Madrid por la Ciencia
Dirigido a: Bachillerato
Materiales
- 5 diodos rojos
(D1 a D5)
- 5 diodos de alta
luminosidad
(D6 a D10)
- Un interruptor
- 4 pulsadores
- 10 resistencias
de 220 Ω
- Un portapilas
- 4 pilas de 1,5 V
- Fibra óptica
- Un tubo de cartón
- Una base
de aglomerado
- Cable
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Fundamento científico
Hasta que Galileo observó el cielo con su telescopio, nadie había observado las estrellas
con instrumentos ópticos. De esta manera, Galileo pudo ver cosas que nadie había visto
antes, y aportó pruebas tangibles que rebatían la perfección de los cielos de Aristóteles y
apoyaban la teoría heliocéntrica de Copérnico.
Desarrollo
Prueba 1: El relieve lunar
En dos maquetas de la Luna, una sin relieve y otra con él, se puede observar la diferencia
en la línea que separa la parte iluminada de la parte oscura llamada «terminador».
En la Luna con relieve, el terminador es una línea sinuosa. Además, aparecen zonas altas
iluminadas en la parte en sombra, y sombras en la parte iluminada. La Luna resultaba ser
semejante a la Tierra.
Prueba 2: Las fases de Venus
Para observar Venus, siempre tenemos que
mirar en dirección al Sol, ya que Venus
está más cerca del Sol que la Tierra y, por
tanto, sólo se puede ver un poco antes del
amanecer o un poco después del atardecer.
Venus motorizado gira alrededor de una
bombilla. Las personas que miran la maqueta
están en la posición que ocuparía la
Tierra, y pueden ver cómo cambian el tamaño
y la zona iluminada de Venus a medida
que gira alrededor de la bombilla
Venus (esfera) y Sol (bombilla)
Prueba 3: Las manchas solares
Galileo confirmó que en el Sol aparecían manchas y que el
Sol tenía un movimiento de rotación sobre sí mismo. El Sol
que nos da la vida tampoco es una esfera perfecta.
Esta maqueta está formada por una esfera motorizada con
manchas; a medida que el Sol gira se ve cómo cambian de
forma las manchas, mostrándose más estrechas cuando están
cerca de los bordes del Sol. Esto es debido al efecto de
la perspectiva con la que se ven observadas desde la Tierra.
Precaución: nunca se debe observar el Sol directamente
con instrumentos ópticos.
Prueba 4: Los satélites de Júpiter
Galileo descubrió cuatro estrellas brillantes que se movían a uno y otro lado de Júpiter,
y que además acompañaban a Júpiter en su desplazamiento por la eclíptica.
El telescopio
Se construyó un telescopio para ver lo que vio Galileo. Júpiter se simula con un diodo
blanco, y los puntitos que indican la posición de los satélites son las terminales de fibra
óptica que parten de un diodo común para cada uno de los cuatro días de observación
simulados. Mediante cuatro pulsadores se selecciona el día de observación deseado.
El circuito y el interior del telescopio
Las observaciones de Galileo
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